viernes, 23 de marzo de 2012

LOS CINCO RITOS DEL YOGA TIBETANO


Los Cinco Ritos Tibetanos es un sistema yogui de posturas y ejercicios altamente energizantes que se originaron en los Himalayas. Hace dos mil años, los monjes Tibetanos sostuvieron que el proceso de envejecimiento podía ser revertido. Ellos desarrollaron los 5 Ritos, basado en 21 de ejercicios yoga. Son así una secuencia bastante completa para el equilibrio del cuerpo con la diferencia que nos lleva entre 10-20 minutos en realizarla cada día.

El cuerpo esta compuesto por siete centros principales de energía, los chakras. Estos centros de energía, conocidos por la mística oriental, se corresponden con nuestras siete glándulas endocrinas. Ellas son responsables en producir las hormonas que regulan todas las funciones de nuestro organismo. Y investigaciones médicas han revelado recientemente que incluso el proceso de envejecimiento está regulado por hormonas.

Los Cinco Ritos Tibetanos pueden normalizar los desequilibrios hormonales presentes en el cuerpo, y por lo tanto poseen la llave de la juventud, salud y vitalidad duraderas.

Debemos comenzar con 3 repeticiones diarias, durante la primera semana, y aumentar el número de repeticiones para 5 por día la próxima semana, luego 7 repeticiones por día, así hasta alcanzar 21 repeticiones en total por día. Los Ritos se podrán realizar en cualquier momento. No es necesario efectuar los movimientos más de 21 veces, salvo que usted se sienta realmente motivado a hacerlo.




El RITO UNO es muy sencillo. En un movimiento que los niños hacen constantemente cuando juegan. Su principal función es activar y equilibrar nuestros siete chakras.



Empezamos el movimiento de pie, en Tadasana, piernas firmes y coxis encajado. Extendemos los brazos hacia los lados del cuerpo (en cruz), de forma que queden en posición horizontal respecto al suelo. Luego vamos girar todo el cuerpo, de izquierda a derecha, en el mismo sentido que las agujas de un reloj. Los pies deben girar dentro de una superficie pequeña, sin caminar para los lados.

Un truco interesante para mejorar la sensación de falta de equilibrio es hacer lo que hacen bailarines para evitar el mareo: antes de empezar el primer giro, fijamos un punto de mirada. Cuando empecemos a hacer el giro, continuamos con la vista fija en ese punto mientras sea posible. Luego tendemos que perderlo de vista, para que la cabeza pueda girar con el resto del cuerpo. Hacemos girar la cabeza muy rápido y volvemos a enfocar el mismo punto.





Para el RITO DOS debemos tumbarnos sobre el suelo boca arriba completamente estirados sobre nuestra espalda. Mantenemos los brazos extendiendo a lo largo del cuerpo y apoyamos la palma de las manos sobre el suelo. Encaja las escápulas y tonifica piernas y abdomen.



Luego levantamos la cabeza, apretamos la barbilla contra el pecho y levantamos las piernas sin flexionar las rodillas hasta alcanzar 90 grados. Caso tengamos mucha flexibilidad podemos dejar que las piernas se acerquen más a la cabeza, pero no debemos doblar las rodillas para acercar las las piernas.

Entonces bajamos lentamente la cabeza y las piernas sin doblar las rodillas, hasta tocar el suelo. Dejamos que todos los músculos se relajen, y luego repetimos el rito.

Es importante mantener un ritmo de respiración. Inspiramos profundamente mientras levantamos la cabeza y piernas. Expiramos todo el aire mientras bajamos. Con la practica iremos trabajando también la respiración. La respiración profunda es la más beneficiosa, así que tomaremos todo el aire que permitan nuestros pulmones.






El RITO TRÊS también es muy sencillo. Nos ponernos de rodillas sobre el piso manteniendo el cuerpo erguido. Apoyamos las manos sobre los músculos de los muslos.



Entonces inclinamos la cabeza y el cuello hacia delante, apretando la barbilla contra el pecho y miramos hacia abajo. Luego inclinamos la cabeza, el cuello y la columna hacia atrás, mirando hacia arriba, manteniendo siempre las manos sobre los muslos. Después volveremos a la posición original y comenzaremos el ejercicio nuevamente.

También buscaremos mantener un ritmo de respiración: expiramos cuando miramos hacia abajo e inspiramos cuando miremos hacia arriba.




Empezamos el RITO CUATRO sentados en Dandasana - sobre el suelo con las piernas estiradas hacia delante, con tono muscular y los pies separados a la anchura de las caderas. Mantenemos el torso erguido y apoyamos la palma de las manos sobre el suelo al lado de nuestros glúteos. Acercamos la barbilla a nuestro pecho.



Luego levantamos el cuerpo de manera que las rodillas se doblen mientras los brazos permanecen rectos y echamos la cabeza hacia atrás. El torso quedará en línea recta con los muslos formando un plano horizontal con respecto al suelo. Los brazos y las piernas se mantendrán rectos, perpendiculares al suelo. Tonificamos todos los músculos del cuerpo.

Relajaremos los músculos mientras volvemos a la posición original y repetimos el rito.

Una vez más, la respiración es muy importante: inspiramos profundamente mientras levantamos el cuerpo, contenemos mientras tensamos los músculos y expiramos completamente mientras bajamos.





El RITO CINCO son posturas que hacemos muchas veces en clase. Colocamos el cuerpo en Urdha Mukha (el perro mirando hacia arriba), con el cuerpo estirado hacia abajo y sustentado con las palmas de las manos. Para hacer este rito dejamos los dedos de los pies flexionados, distinto de como practicamos en clase. Debemos dejar los brazos y las piernas rectos y mirar hacia arriba.



Después flexionamos el cuerpo a la altura de las caderas y lo colocamos en Urdhva Mukha (el perro mirando para abajo), en forma de V invertida. Al mismo tiempo, miramos hacia abajo y relajamos el cuello.

Volvemos a la posición inicial y repetimos el ejercicio.

Seguimos aplicando el mismo patrón de respiración. Inspiramos profundamente mientras miramos hacia arriba y levantamos el cuerpo y expiramos totalmente mientras miramos hacia abajo y subimos nuestros glúteos.


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